La personalidad se entiende como esas características generalmente estables que predicen cómo nos vamos a comportar ante una determinada circunstancia o ante un estímulo.
Todos tenemos rasgos concretos de personalidad que nos caracterizan.
Cuando esos rasgos se convierten en pensamientos extremistas y con conductas poco flexibles, interfieren en la vida diaria de la persona y se convierten en trastornos de personalidad.
Muchos de los trastornos comienzan en la infancia y continúan avanzando a lo largo de la edad adulta.
Algunos de los trastornos de personalidad son:
- Trastorno de la personalidad dependiente.
- Trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva.
- Trastorno de la personalidad paranoide.
- Trastorno de la personalidad por evitación.
- Trastorno esquizoide de la personalidad.
- Trastorno límite de la personalidad.
- Trastorno narcisista de la personalidad.
- Trastorno histriónico de la personalidad.
Según el trastorno que se trate, se utilizan diferentes terapias y técnicas psicológicas. La terapia cognitivo-conductual y la relajación son algunas de las más eficaces.